Novedades

La Santificación Por A. A. Hodge (Revisado por B. B. Warfield)

15.02.2013 23:35
  A. A. Hodge ​   La santificación (del Latín sanctificatio [deriv. de sanctificare, santificar; sanctus, santo; facere, hacer], traducción del Griego agiazein, consagrar, hacer santo, deriv. De àgios, santo) es la obra de la gracia de Dios por la cual aquellos que creen en Cristo...

La santidad de Dios: Esa que experimentó Isaías por J. I. Packer

15.02.2013 23:26
Una joven le preguntó cierta vez a un amigo mío: ¿En alguna oportunidad se encontró usted con el escritor C.S. Lewis?, Sí -replicó mi amigo En realidad, lo traté bastante. La joven permaneció en silencio por un momento y luego dijo tímidamente: ¡¿Cierto?! ¡¿Me permite que lo toque?! Mi amigo se...

"Nadie puede venir a mi si el Padre que me envió no le trajere" La salvación bíblica y la proclamación del Evangelio. por J.I.Packer.

15.02.2013 23:09
  I. El Evangelio bíblico olvidado.                                        Su objetivo principal...

El Plan de la Salvación Por Benjamín B. Warfield

15.02.2013 23:02
Concepciones Diferentes El Autosoterismo El Sacerdotalismo El Universalismo El Calvinismo I CONCEPCIONES DIFERENTES El objeto al que nuestra atención se dirige en esta serie de conferencias está ordinariamente considerado como "EL PLAN DE LA SALVACIÓN . Su designación más técnica es, El Orden de...

Pablo acerca de que las mujeres hablen en la iglesia por Benjamin B. Warfield

15.02.2013 22:53
  He recibido recientemente una carta de un apreciado amigo que pedía que le envíe una «discusión de las palabras griegas laleo y lego en pasajes tales como 1.ª Corintios 14:33-39, con especial referencia a la pregunta: ¿Prohíbe el versículo 34 a todas las mujeres en todas partes hablar o...

LA ORACIÓN Por Juan Bunyan

15.02.2013 22:48
LA ORACION es una ordenanza de Dios para uso tanto público como privado: más aun, es una ordenanza que pone a los que tienen el espíritu de súplica en estrecha relación con El; y es asimismo de efectos tan notables que alcanza de Dios grandes cosas, tanto para una persona que ora como para aquellos...

LA BODA DE LA IGLESIA CON SUS HIJOS Y CON SU DIOS

15.02.2013 22:37
Selecciones de un sermón inolvidable de Jonathan Edwards condensado y adaptado al español por Les Thompson En un domingo, septiembre 19 de 1746, el renombrado teólogo Jonathan Edwards[1] predicó el sermón de instalación del reverendo Samuel Buel, nombrado pastor de la congregación de East Hampton...

Seis señales de una persona regenerada Por J.C. Ryle

15.02.2013 22:31
 Usado con permiso 1. Una persona regenerada no tiene el hábito de cometer pecado.Él ya no pecado en su corazón ni en su voluntad, ni en su inclinación, como lo hace una persona no creyente. Seguramente había un tiempo cuando no pensaba en si sus acciones fueran pecado o no, y no se sentía...

¿Es Bíblico el Bautismo de Infantes? John Murray (1898-1975)

15.02.2013 22:21
EL bautismo es una ordenanza de la Iglesia Cristiana. De acuerdo a su designación divina es administrado por la iglesia, y es el rito de iniciación en la membresía de la iglesia visible. El argumento a favor del bautismo de infantes, por lo tanto, está muy relacionado con la cuestión de la...

Carta de Guido de Bres a su esposa antes de morir

15.02.2013 22:17
Guido de Bres (1522-31 de mayo 1567) fue uno de los reformadores en Bélgica. Es el padre de la llamada “Confesión belga de fe”. Pastor de la iglesia clandestina, teólogo y mártir del Señor Jesucristo. Un verdadero héroe de la fe. Reproducimos íntegramente el texto de su carta de despedida a su...
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El hombre natural y el hombre espiritual


    Aunque la mente no convertida es altamente educada y talentosa, sin embargo es totalmente incapaz de recibir y entender espiritualmente esas cosas necesarias para su salvación eterna. No responderá a la predicación del evangelio hasta que sea renovada, iluminada y capacitada para hacerlo por el Espíritu Santo: ‘Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente’ (1Co. 2:14). El tema de este verso es el hombre natural. El hombre natural es bastante opuesto al hombre espiritual (1Co. 15:44; Jud. 19).
     Pablo nos dice que el primer Adán fue hecho un anima viviente; el postrer Adán en espíritu vivificante (1Co. 15:45). El hombre natural viene del primer Adán y el hombre espiritual viene del postrer Adán. El hombre natural es uno que tiene todo lo que es o puede tener del primer Adán. Tiene un alma racional y es bien capaz para usarla.
    El hombre natural confía en sus poderes razocinios y no mira la necesidad para cualquier ayuda espiritual. Él no ve que Dios le ha dado su alma para que pueda aprender y recibir lo que él, Dios, tiene para dar. El hombre nunca fue hecho para vivir independientemente de Dios. Los ojos son hermosos y útiles, pero si tratan de ver sin luz, su belleza y poder no será de uso y aún los ojos pueden lastimarse. Si una mente no convertida trata de ver las cosas espirituales sin la ayuda del Espíritu de Dios, solo terminará destruyéndose a sì misma.
     En el verso catorce vemos cosas puestas al hombre natural. Estas cosas son ‘las cosas del Espíritu de Dios’. Ahora ¿cuales son estas cosas del Espíritu de Dios que son puestas al hombre natural? Aquí hay algunas de ellas, todas de 1Corintios capitulo 2 ‘Jesucristo y a este crucificado’ (v.2). ‘La sabiduría oculta, la cual Dios predestino antes de los siglos para nuestra gloria’ (v. 7). ‘Las cosas que nos son dadas libremente por Dios’ (v.12). ‘La mente de Cristo’ (v16).
     Estas son las cosas del Espíritu de Dios. Estas son las cosas que no se pueden recibir excepto por medio de una iluminación soberana y sobrenatural. Estas son las cosas que ‘ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman’ (V9). Son cosas del eterno consejo de Dios. Estas son cosas que la mente del hombre en su primera creación no tenia idea que existían (Ef. 3:8-11).
    Dos cosas se pueden decir del hombre natural y de las cosas del Espíritu de Dios. Primero, el no las recibe: segundo, no las puede conocer.
    En esta doble aserción podemos aprender primero que el poder para recibir cosas espirituales es negado al hombre natural (Ro. 8:7). No las puede recibir porque deben de examinarse espiritualmente. Por segundo aprendemos que el hombre natural voluntariamente las rechaza. Esto es implicado en las palabras ‘no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios’. Y las rechaza por que le parecen locura.
    El hombre natural no puede, no hará y no recibe las cosas del Espíritu de Dios. Puede conocer el sentido literal de las doctrinas que se le presentan. Puede saber que Cristo Jesús fue crucificado. Pero hay una gran diferencia entre recibir doctrinas como meras afirmaciones presentadas a él y el conocer la realidad que esas afirmaciones presentan.
    El hombre natural puede conocer el camino de la justicia como una mera afirmación (2P. 2:21). Otras cosas también puede conocer, meramente como ideas presentadas a él (Tito 1:16; Ro. 3:23, 24). Pero estas verdades no tienen ningún efecto transformador en su vida. El hombre espiritual, por la otra parte, las conoce en realidad y tienen un efecto transformador en su vida. (Ro. 12:2; Ef. 4:22-24).
     Ahora antes de que las cosas espirituales se puedan recibir dos cosas son necesarias. Es necesario que las entendamos, que estemos de acuerdo con ellas y que las recibamos porque concuerdan con la sabiduría, santidad y justicia de Dios (1Co. 1:23, 24). También es necesario que veamos que tan bien adaptadas están para glorificar a Dios, la salvación de pecadores y el traer a la iglesia a la gracia y gloria.
    El hombre natural no puede hacer esto. Él puede, sin embargo, recibir exhortaciones, promesas, mandatos y amenazas en el evangelio (1Juan 5:20). Pero para él la sabiduría de Dios es locura. Pablo dice que ‘lo loco de Dios es más sabio que los hombres’ (1Co. 1:25). Pero al hombre natural le son locura.
    El evangelio fue locura a los filósofos de la antigüedad (1Co. 1:22, 23, 26-28). Las cosas mas importantes del evangelio son vistas como locura porque se piensan que son falsas y no verdaderas. Muchos se burlan de las cosas de Dios y las deprecian como las más despreciables ideas que jamás se hayan expuestas al hombre racional (2P. 3:3, 4).
     Algunos profesan creer al evangelio pero internamente piensan que es locura, pero no se atreven a decirlo abiertamente. Ellos grandemente alaban principios morales y leyes naturales. Pero claramente viven como aquellos que realmente no creen al evangelio. Una pretensión de amor a una parte del evangelio no los refugia del castigo que les vendrá a causa de su rechazo al evangelio entero. Ignoran y desprecian esas cosas que son traídas a nosotros por revelación sobrenatural solamente, y el evangelio es locura para ellos porque no ven belleza, gloria o ventaja en el para ellos (Is. 53:1-3).
     El hombre natural por lo tanto no puede recibir las cosas del Espíritu de Dios. No puede porque se han de examinar espiritualmente. El hombre natural por la luz natural del razonamiento puede discernir cosas naturales. El hombre espiritual por una luz espiritual recibida de Cristo Jesús discierne cosas espirituales.
     El hombre natural no puede conocer las cosas espirituales porque es el Espíritu de Dios el que dota a la mente de los hombres con esa habilidad, y la luz misma por la cual únicamente las cosas espirituales pueden ser espiritualmente discernidas es creada en nosotros por un acto todopoderoso del poder de Dios (2Co. 4:6).
    El hombre natural no puede discernir cosas espirutales para que lo guíe a la salvación de su alma porque su mente esta oscurecida por su propia depravación. Esta es la miseria de nuestras personas y el pecado de nuestra naturaleza. Pero no puede ser usada como excusa en el día de juicio por no haber recibido las cosas espirituales.
    También hay en las mentes de los hombres no regenerados una inhabilidad moral por la cual la mente nunca recibirá las cosas espirituales, porque es gobernada y mandada por varias concupiscencias, corrupciones y prejuicios. Están tan fijados en la mente no regenerada tanto como para hacerla pensar que las cosas espirituales son locura (Juan 6:44; 5:40; 3:19).