Juan Calvino comenta 2 timoteo 3:8-12

03.03.2013 17:57

8. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
9. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
10. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquia, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.
12. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.

 

 

 

8. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés. Esta comparación confirma lo que ya dije acerca de los últimos tiempos; porque Pablo indica que a nosotros nos ocurre bajo el Evangelio lo mismo que experimentó la Iglesia desde su mismo principio, o, al menos, desde que fue publicada la Ley. En igual forma el Salmista habla también extensamente de las incesantes luchas de la Iglesia. "Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel; mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí. Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos" (Salmo 129:1-3). Pablo nos recuerda que no debemos extrañar nos si los adversarios se levantan contra Cristo para oponerse a su Evangelio, puesto que Moisés también tuvo enemigos que se le opusieron; porque estos ejemplos sacados de una remota antigüedad nos proporcionan una fuerte consolación.
Es generalmente aceptado que los dos personajes aludidos, Janes y Jambres, fueron magos propuestos por Faraón. Empero cuál sea la fuente de que Pablo haya aprendido sus nombres, no lo sabemos, salvo que sea probable que muchas cosas relacionadas con esas historias fueron entregadas de generación a generación, y Dios no permitió que su recuerdo se extinguiera. También es posible que en la época de Pablo hubiese comentarios sobre los profetas que explicaban en forma más amplia lo que Moisés trata en forma muy breve. Sea como fuere, no es por mera casualidad que él los llame por sus nombres. La razón por la cual hubo dos personajes puede conjeturarse en esta forma: que, porque el Señor había suscitado para su pueblo dos caudillos, Moisés y Aarón, Faraón decidió colocar frente a ellos igual número de magos.
9. Mas no irán más adelante. Pablo anima a Timoteo para la lucha, con la segura esperanza de la victoria; porque aunque los falsos maestros le causen penas, él promete que, dentro de un tiempo muy breve, ellos serán vergonzosamente arruinados. ("Vemos, pues, que el Espíritu Santo, por boca de Pablo, presenta dos razones para fortalecernos. Cuando vemos que Satanás se opone, y que la verdad de Dios no es recibida por todos, sino que hay nombres que se esfuerzan por pervertirlo todo, y que calumnian y falsifican la verdad, aquí tenemos consolaciones provistas para nosotros. En primer lugar, que nuestro Señor nos trata en la misma forma que ha tratado a la Iglesia en todas las épocas, pues aquellos que vivieron antes que nosotros no estaban en mejor situación que la nuestra al respecto; porque Dios los probó enviando falsos pastores, o rnás bien dando libertad a Satanás para que los enviara. Fijémonos, pues, en lo que ha acontecido desde que la Ley fue publicada. Aquí tenemos a Moisés, que antecedió a los profetas. Con todo, la guerra ya había comenzado, y el mal nunca ha dejado de existir. Si nosotros ahora tenemos que soportar lo mismo, hagámoslo con paciencia; porque no es razonable esperar que nuestra condición sea mejor o más fácil que la de Moisés y de los que le siguieron. Este es un argumento. El segundo es que el resultado será favorable y bueno Aunque no nos guste luchar, y aunque parezca que la verdad de Dios esté a punto de perecer completamente, esperemos hasta que Dios salga en su defensa; porque Él hará que los hombres perversos fracasen totalmente. Después de que ellos hayan triunfado, Dios sin duda descubrirá su bajeza, y veremos cómo Él tendrá cuidado de sostener Su causa, aunque esto no sea evidente por algún tiempo." Fr. Ser.)
No obstante, el evento no concuerda con esta promesa; y el Apóstol parece hacer una declaración totalmente diferente, un poco después, cuando afirma que irán de mal en peor. Tampoco hay consistencia en la explicación dada por Crisóstomo, de que irán de mal en peor, pero que no perjudicarán a nadie; porque Pablo expresamente añade: "engañados y engañado"; y, ciertamente, la verdad de esto se prueba por la experiencia. Es más correcto decir que él los consideró en varios aspectos; porque la afirmación de que no progresarán, no es universal; mas él sólo quiere decir, que el Señor descubrirá su locura a muchos de los que ellos habían engañado al principio con sus fascinaciones.
Porque su insensatez será, manifiesta a todos. Cuando Pablo dice a todos, emplea una figura de lenguaje, en la cual el todo es tomado por una parte. Y, ciertamente, aquellos que logran mucho éxito en engañar, al principio hacen un gran alarde, y obtienen grandes aplausos; y, en suma, parece como si nada fuese imposible para ellos. Pero sus tretas rápidamente son descubiertas porque el Señor abre los ojos de muchos, para que vean lo que por un tiempo quedó oculto a su vista. No obstante, la "insensatez" de los falsos profetas jamás es descubierta hasta tal grado que sea conocida por todos. Además, tan pronto como un error desaparece, aparecen otros.
Ambas amonestaciones son, pues, necesarias. Para que los maestros piadosos no se desesperen y piensen que es inútil luchar contra el error, ellos deben ser instruidos acerca del buen éxito que el Señor concederá a su doctrina. Además, para que no piensen que están exentos de futuros servicios, después de una o dos batallas, debe recordárseles que siempre habrá nuevas ocasiones para luchar. Empero, acerca de este segundo punto, seguiremos hablando poco después; por el momento será suficiente que Pablo proponga a Timoteo la segura esperanza del éxito, para que se sienta más animado a combatir. Y él confirma esto por el ejemplo que había citado; porque, como la verdad de Dios prevaleció contra los trucos de los magos, así también promete que la doctrina del Evangelio saldrá victoriosa contra toda clase de errores que puedan inventarse.
10. Pero tú has seguido, etc. A fin de apremiar a Timoteo, Pablo emplea también este argumento: que él no es un soldado ignorante ni olvidadizo, porque Pablo lo hizo pasar por un largo período de entrenamiento. ("Después de haber hablado a Timoteo de las dificultades que sobrevendrían a la Iglesia, y después de exhortarle a que no las esquive y permanezca firme, el Apóstol agrega que Timoteo ya debió haberse preparado por un largo tiempo para todo esto, porque ha sido enseñado en una buena escuela. «Tú has conocido íntimamente», como uno que le había seguido paso a paso; porque tal es la importancia de la palabra que Pablo emplea: «Porque tú has conocido bien el curso que he seguido»." Fr. Ser.)
Ni tampoco habla únicamente de doctrina; porque esas cosas que él igualmente enumera añaden mucho peso, dándonos en esta oración un retrato muy exacto de un buen maestro, un maestro que no sólo con palabras prepara e instruye a sus discípulos, sino también, por decirlo así, les abre su corazón, para que sepan que todo lo que él enseña, lo enseña con sinceridad. Esto es lo que está implícito en la palabra propósito. Pablo añade además otras pruebas de su sincero y no fingido afecto, tales como fe, longanimidad, amor, paciencia. Tales fueron las tempranas enseñanzas que le fueron impartidas a Timoteo en la escuela de Pablo. Sin embargo, éste no le recuerda únicamente lo que había aprendido de él, sino que da testimonio de su vida anterior, para que en esta forma pueda apremiarlo a perseverar; porque lo alaba como un imitador de sus propias virtudes; como si dijera: "Te has acostumbrado por mucho tiempo a seguir mis instrucciones; no te pido otra cosa sino que sigas adelante así como comenzaste". Es su deseo, por lo tanto, que el ejemplo de su "fe, amor y paciencia" estén constantemente ante la vista de Timoteo; y por esa razón él pone énfasis principalmente en sus persecuciones, las cuales le eran bien conocidas.
11. Y de todas me ha librado el Señor. He aquí un consuelo que mitiga la amargura de las aflicciones, pues todas éstas tendrán un fin gozoso y feliz. Si se objetare que el éxito del cual se ufana no siempre es visible, yo reconozco que tal cosa es verdad, y especialmente por lo que toca a los sentimientos de la carne; porque Pablo aún no había sido liberado. Pero cuando Dios nos libra algunas veces, testifica en esta forma que Él está presente con nosotros, y siempre estará presente; porque por el sentimiento, o conocimiento actual, del auxilio presente, nuestra confianza debe extenderse hacia el futuro. El significado, pues, es como si Pablo hubiera dicho: "Tú has conocido mi experiencia de que Dios nunca me ha abandonado, de modo que no tienes derecho a titubear al seguir mi ejemplo."
12. Y también todos los que quieren vivir piadosamente. ("Y también todos aquellos que desean vivir en el temor del Señor.")
Después de mencionar sus propias persecuciones, Pablo añade también, que nada de lo que a él le ha acontecido dejará de acontecerle también a los piadosos. Y dice esto, en parte para que los creyentes estén preparados y se sometan a esta condición, y en parte para que los hombres buenos no lo miren con sospechas por causa de las persecuciones que él sufre de parte de los malvados; pues ocurre frecuentemente que las calamidades a que los hombres están sujetos conducen a opiniones desfavorables acerca de ellos; porque aquel a quien los hombres miran con desdén, inmediatamente es señalado por la gente común como un aborrecido de Dios.
Mediante esta afirmación general, Pablo, pues, se clasifica a sí mismo entre los hijos de Dios, y, al propio tiempo, exhorta a todos los hijos de Dios a estar preparados para sufrir las persecuciones; porque si esta condición se establece "para todos los que quieren vivir una vida piadosa en Cristo", aquellos que quieren escaparse de las persecuciones necesariamente tienen que renunciar a Cristo. En vano nos esforzaremos por separar a Cristo de su cruz; porque puede afirmarse que es natural que el mundo odie a Cristo aun en sus miembros. Ahora bien, el odio va acompañado de crueldad, y de aquí surgen las persecuciones. En suma, sepamos que somos cristianos bajo esta condición: que estaremos expuestos a muchas tribulaciones y luchas.
Mas cabe preguntar: ¿Deben todos ser mártires? Porque es evidente que ha habido muchas personas piadosas que jamás han sufrido destierro, encarcelamiento, huida, o cualquier otra persecución. Yo respondo que los siervos de Cristo no siempre serán perseguidos por Satanás. Mas sin embargo, es absolutamente inevitable que todos ellos consideren al mundo como su enemigo en una forma u otra, pues su fe y su firmeza pueden ser probadas; porque Satanás, que es el eterno enemigo de Cristo, jamás dejará en paz a ninguno durante toda su vida; y siempre habrá hombres perversos que serán espinas en nuestro camino. Además, tan pronto como un creyente manifieste su celo por Dios, ello dará lugar a que la ira de los malvados se encienda; y aunque éstos no tengan su espada desenvainada, arrojarán su veneno, ya murmurando, o calumniado, o levantando disturbios, o por otros métodos. Por consiguiente, aunque ellos no estén expuestos a los mismos ataques, aunque no se lancen a las mismas batallas, sin embargo, tienen una sola lucha en común, y jamás estarán en paz ni exentos de persecuciones.