La Familia Puritana <Viviendo para la gloria de Dios>

27.03.2013 00:34

 

Una familia santa es un lugar de comodidad, una iglesia de Dios... oh que Dios estimule el corazón de las personas para hacer de sus familias pequeñas iglesias; que eso no este en poder de los gobernantes o de pastores que son malos al punto de extinguir la religión o prohibir la piedad de cualquier nación.

Richard  Baxter.

 

 De acuerdo con los puritanos, la relación del cristiano con su familia no puede ser separada de la santificación personal. Las escrituras presentan la manera por las cuales tenemos que vivir con rectitud. Y, visto que la biblia se empeña en enseñar como los padres y los hijos deben relacionarse, esas relaciones son una señal de santificación.  Por lo tanto es sobremanera importante que los cristianos reconozcan que la santidad comienza en la casa y se extiende a todos los aspectos de la vida.

Los pastores puritanos gastaban mucho tiempo enseñando a los padres como ejercer liderazgo espiritual en la casa. También aconsejaban a las madres cristianas sobre su papel de acuerdo con el padrón bíblico y enseñaban a los hijos a mostrar el respeto a los padres en obediencia a Dios. En ese énfasis sobre la familia ellos anhelaban seguir solamente la biblia, pues como decían, la biblia presenta a la familia como la unidad fundamental de la sociedad humana. La biblia nos muestra que debemos glorificar a Dios al criar a los hijos para El, teniendo en vista el bienestar de la sociedad, de la iglesia y de la propia familia. Como afirmo Richard Baxter: Ser padre de un descendiente  piadoso no es poca misericordia; y este es el propósito de la instrucción del casamiento. De acuerdo con Isaac Ambrose, los padres tienen la tarea de .

Los puritanos, tanto en sus obras literarias como en su ejemplo personal, nos ofrecen una casa reformada ideal, dejándonos un legado de manera directa y tangible. Este capitulo mostrara como ellos hicieron eso.            

 

Los hijos son dones de Dios

 

Aunque la mayoría de los puritanos creían que el propósito principal del casamiento rea el compañerismo, ellos también creían que tener hijos era una consecuencia esperada del amor conyugal. Los hijos eran vistos como la bendición del señor. Y, aparentemente, era una bendición que el señor concedía con frecuencia y abundancia. Las familias puritanas eran grandes, teniendo una medida de siete u ocho hijos, sin embargo la tasa de mortalidad infantil era también elevada. Generalmente de todos los hijos nacidos en una familia la minoría llegaba a la adultez. Por eso es que tendían a poseer familias grandes, los maridos puritanos no procreaban sin la debida preocupación por su esposa de acuerdo con Alem Carden, era una practica común espaciar los embarazos-y en muchos casos cada dos años-por un periodo de hasta veinte años, teniendo los hermanos edades bastantes variadas.

Los puritanos eran también totalmente consientes de que un hijo implicaba bastante responsabilidad. Viendo a sus familias como viveros de la iglesia y de la sociedad, esperaban que los padres hiciesen todo lo posible para garantizar que sus hijos se conformaran a las normas y a los preceptos bíblicos; en especial, al mandamiento de obedecer a sus padres.  

 

 

Autoridad en la familia

 

Los puritanos consideraban el liderazgo del marido o padre como una orden bíblica. Esperaban que el hombre ejerciera el liderazgo espiritual, social y educativo para su esposa y sus hijos y proveyese el sustento adecuado para su familia.

Se esperaba que la mujer se sometiera a la autoridad del marido, pero la autoridad jerárquica del marido no significa que la mujer era su cierva. Así mismo los puritanos creían en esferas de responsabilidades en la familia. El marido podía delegar a su mujer autoridad en algunas de esas esferas, particularmente en los asuntos relacionados con los hijos y los empleados de la casa. De a cuerdo con Samel Willard ¨Ella estaba investida de autoridad sobre ellos por Dios; y su marido debe permitirle a ella, pues, aunque el marido sea la cabeza de la mujer, ella es una cabeza de la familia.¨

En las arias en que la esposa era mas capas que el esposo, como administrar las finanzas de la familia, era común que el le delegara esas responsabilidades. Igualmente, el principio del liderazgo no impedía a una mujer de ministrar enseñanza o amonestación a un hombre ¨las mujeres pueden y deben exhortar a otros en particular en la familia¨.

Escribió Samuel Torshell en el libro the womans glory (la gloria de la mujer) también pueden amonestar a los hombres y reprenderlos en particular. Nicholas Byfield dice que la mujer no esta sujeta al marido ¨en asuntos de su alma y religión cuando la voluntad de el es contraria a la de Dios¨ y agrego ¨ella no esta sujeta, y puede amonestar y advertir a su marido con ciertas preocupaciones, teniendo certeza de que la cosa contra la que habla es pecaminosa y perjudicial.¨

Ahora un análisis final, aunque el marido es la cabeza de la familia, el y su esposa compartían autoridad para la supervisión diaria de la familia, dice Leland Riken.

Por ejemplo los puritanos creían que el padre tenía la responsabilidad primaria de la educación de los hijos, mas, en vista que ese deber era tenido como una tarea de ambos padres, el marido delegaba a su mujer grande parte de esa autoridad. Un excelente resumen de la tarea y autoridad mutua de los padres puritanos en relación a sus hijos esta constituido en el pacto eclesiástico de 1677 de la congregación de Dorchester, Massachusetts, que exigía a los padres ¨reformar nuestras familias Envolviéndonos en una atención consciente para organizar y mantener la adoración de Dios en ellos y caminar en nuestras casas con corazones perfectos, en un fiel cumplimiento de todas las tareas del hogar: educar, instruir, y en cubrir a nuestros hijos y nuestras familias para que guarden los caminos del señor.¨

Los puritanos  ampliaron la relación de padres e hijos para Toda La Sociedad, basados en el quinto mandamiento (vea el catecismo mayor Westminster, preguntas 124-133). Como un hijo debe honrar a sus padres que fueron colocados, por Dios, en autoridad sobre el, así los empleados deben honrar a los patrones, los alumnos a los profesores, los ciudadanos a los magistrados, y los miembros de la iglesia a sus oficiales. Cada persona debe conocer su lugar- o bien de sumisión o bien de autoridad-en todas las esferas de  la vida. Y todos los que están en autoridad deben ejercerla de acuerdo con la biblia, en sujeción a Dios, que nos da las escrituras y su hijo, a quien el Padre dio toda autoridad en el cielo y en la tierra.

 

 

Principios de la crianza de los hijos.

 

Aunque muchos de los escritos sobre las ideas puritanas en cuanto a la crianza de los hijos nos parezcan familiares, algunas de sus ideas fueron revolucionarias en aquella época. Aquí algunas de las contribuciones de ellos que promovieron la crianza de los hijos que reflejaron las demandas bíblicas.

 

·         La crianza de los hijos comenzaba en la concepción. Los futuros padres tenían delante de si dos perspectivas antes que el hijo naciese. Primero, ellos deberían orar diariamente por la salvación del niño, ya que nace en el pecado (Sl 51:5). También debían orar todos los días a favor de la protección de la madre y del niño. Richard Adams escribió: ¨en cuanto el hijo es apenas un embrión exige no solamente oración, con acción de gracias, por la santificación del fruto del cuerpo, como lo fueron Jeremías o Juan el bautista (1 tm 4:5; Jr 1:5; Lc 1:15), sino también un cuidado amoroso por la preservación de la vida¨. En segundo, aunque los abortos eran comunes, su madre tenía que ser cuidadosamente protegida. Se esperaba que el marido ayudara con cariño a su mujer durante el embarazo y el parto. Si los maridos dejaran de hacer eso, y el bebe fuese perdido, ellos eran considerados             ¨ culpable del pecado y sujetos a juicio¨ Las mujeres embarazadas no debían andar o correr a caballo, debían cuidarse estrictamente en su dieta, no comer nada que les perjudicara, no comer ni de mas ni de menos. Si por descuido una mujer contribuía al aborto de un bebe, ella era consideraba ¨culpable de la sangre ¨ de su hijo, ¨por lo menos en el tribunal de conciencia para con Dios¨ los padres que abortaban a un hijo eran culpados de ¨asesinato intencional¨ y debían ser juzgados como culpables y ¨Castigados¨ tantos en el tribunal de Dios como en el de los hombres.

·         Las madres tenían el gran papel de cuidar de los recién nacidos. Los puritanos enfatizaban que una de las responsabilidades de las madres era el amamantamiento, que no debía ser delegada a una partera o una niñera. William Gouge escribió diez paginas diciendo porque era importante que la madre amamantase respondiendo con eso a doce objeciones. El marido debía fomentar a su mujer el amamantar y ofrecerle todo lo que pudiese en términos de la crianza de niño.

·         Bautizar al niño era parte de las obligaciones páctules de los padres en relación a Dios. La crianza de los hijos, para los puritanos, estaba fundada en que la convicción de que los hijos pertenecían al pacto que Dios hace con los creyentes (Hc. 2:39; 1 Co 7:14) evidente en el bautismo, que, como sacramento, es un sello y una señal visible de la gracia invisible de Dios. Asi como en el antiguo pacto los israelitas tenían que circuncidar a sus hijos, asi también en el nuevo pacto los cristianos deben bautizar a sus hijos para confirmar su introducción formal en el pacto de la gracia. Baxter dice que Dios ¨ordeno que el bautismo fuese usado como una iniciación solemne de todos los que han de venir a su iglesia y entraron en el pacto con Dios.

 

En el bautismo, los padres cristianos asumen las responsabilidades del pacto en lugar de sus hijos. Por tanto, Dios declara esos hijos como suyos; y los padres son administradores de sus hijos a favor de Dios. Thomas Watson dice también que los padres cristianos ¨se esforzaron para que sus hijos sean mas hijos de Dios que suyos propios¨

Creer que los hijos pertenecían a Dios no significa que los puritanos creyeran que sus hijos eran salvos desde el nacimiento. Por lo contrario, ellos creían que todos los hijos, elegidos o no, entran en el mundo en un estado de depravación. Estaban perdidos en el pecado, mientras no viesen a Cristo por la fe; eso era evidente por el arrepentimiento, por la fe en Cristo y un vivir santo. Los puritanos eran convencidos de que Dios no tenía nietos y de que cada generación precisa experimentalmente la conversión.

No obstante, ellos creían que Dios usa a los padres para traer a los hijos a una experiencia personal de conversión. Los padres eran enseñados regularmente, en los sermones, a criar sus hijos  de modo que las promesas del pacto que les habían sido dadas en el bautismo se cumpliesen y se realizasen en la vida de ellos. Thomas Colbert, puritano de la nueva Inglaterra, escribió: ¨El mayor amor y fidelidad que los padres como pactantes pueden demostrar a Dios y a sus hijos, que en el son copactuantes con Dios, es educarlos para que las condiciones del pacto puedan ser atendidas por sus hijos, y así todo el pacto sea completamente efectuado.¨  

·         Los hijos deben ser entrenados desde temprano en la disciplina y amonestación del señor. La salvación y la piedad de los hijos es el principal propósito de su educación. Ese objetivo puede ser alcanzado solamente por la bendición del Espíritu sobre la palabra de Dios (Rm 10) Los puritanos establecieron una ley en el sentido de que los padres tenían que enseñar a los hijos a leer para que pudiesen leer las escrituras y otros materiales para su bienestar espiritual. Gaius Davies resumió en estos términos el enfoque puritano sobre la enseñanza: “la educación debía empesar tan pronto como fuera posible, y, aunque era completa, la piedad era lo mas importante de las enseñanzas; y los profesores debían ser escogidos con base en este criterio. Las aptitudes o dones de los niños debían ser notados, para que ellas sean traídas a una vocación apropiada. Las afirmaciones en relación al ministerio cristiano debían ser recordadas, y, existiendo habilidades, los hijos debían ser exhortados a entrar en el ministerio.”

La lectura abría el mundo de la doctrina para los niños. Los propios instrumentos de literatura de los puritanos, o ABC teológico era enseñado: desde A, “al caer Adán en pecado, todos nosotros tenemos pecado”, a la Z, “en el árbol subió Zaqueo para ver a su señor”.

Esos instrumentos operaban juntamente con la instrucción catequética. Los puritanos enseñaban el catecismo a sus hijos tan pronto como les era posible. Muchos padres catequizaban cada hijo durante una hora por semana. Para ayudarlos, los pastores puritanos escribían libros que explicaban las doctrinas cristianas fundamentales por medio de preguntas y respuestas apoyadas por las escrituras. Los padres explicaban el contenido teológico de las preguntas y respuestas de esos catecismos, ilustrados con historias bíblicas y dialogando con sus hijos.

Los objetivos de catequizar eran tornar los sermones y los sacramentos más comprensibles para los hijos del pacto, prepararlos para la confesión de fe y enseñarles como defender su fe contra el error. Los hijos también aprendían que la verdad tiene que ser amada y vivida. Como muestran los catecismos y sermones de muchos puritanos, los niños aprendían las verdades en asuntos como la caída en Adán, El pecado y la condenación, La salvación en Cristo, su justicia y la bendición eterna. Ellas también eran invitadas, por medio de apelaciones a la voluntad y al corazón, a correr para Cristo. El objetivo final no era apenas tener una mente bien instruida, mas también una profunda apreciación de las verdades de Dios en la mente y en el alma, de modo que los niños siguiesen una vida santa. Baxter aconsejo: “en toda la educación de los hijos, la principal parte de nuestro cuidado y labor debe ser mostrarles la santidad como el estado de vida mas necesario, honroso, provechoso, agradable, deleitable y apacible; y evitar que ellos comprendan como algo no necesario, deshonroso, perjudicial y desagradable. Debemos atraerlos a amar ese estado, al presentarlo como algo afable”. William Perkins advirtió que la “instrucción de los hijos en la erudición y en la religión debe ser dispuesta de tal modo, que ellos la acepten como deleite”.     

Los padres debían nutrirse y capacitar a sus hijos en las cosas espirituales, no solamente para enseñar, sino también, lo que era lo más importante, por ejemplo. Richard Greenham escribió: “La experiencia enseña que los niños aprenden mas por el rostro, gestos y comportamiento que por regla, doctrina, preceptos e instrucción.” De modo semejante, ellos reconocían que un mal ejemplo podía causar muchos daños. Como dice Greenham: “si los padres quieren tener hijos felices en la iglesia y en la escuela, deben cuidarse de no dar a sus hijos ejemplos corruptos en la casa, por medio de indiferencia, profanación e impiedad; pues, de lo contrario, los padres les causaran mas daño en casa de lo que los pastores o los profesores pueden hacer fuera de casa”.

·         El culto familiar es el medio más poderoso para criar los hijos. Las familias puritanas se reunían para el culto una o dos veces por día. El directorio de Westminster para el culto familiar (1647), escrito por los puritanos, afirma que “el culto familiar que debe ser realizado por todas las familias, regularmente por la mañana y la noche, consiste de oración, lectura de la Escritura y el canto de adoración.

 

Típicamente, el culto familiar puritano incluía varios elementos. Primero, había oración. Los puritanos creían que Dios derramaría su ira sobre las familias que no invocasen su nombre (Jr 10:25). La oración en la casa era tanto una obligación como un privilegio de familia. Los padres puritanos oraban normalmente de cinco a diez minutos. Anhelaban la simplicidad, sin ser superficiales. Se empeñaban por glorificar a Dios en sus oraciones, mientras que eran específicos en sus peticiones. Confesaban los pecados familiares, pedían misericordia para la familia y ofrecían acciones de gracias por la familia. Sus oraciones, que eran naturales, pero solemnes, consistían ampliamente de presentar la palabra de Dios de vuelta a ellos mismos.

Segundo, tenían la lectura de la Biblia. Eso era hecho habitualmente por el padre, como cabeza de familia, aunque algunos padres delegasen eso a algunos miembros de la familia que eran capaces de leer. La familia leía directamente en la biblia, impulsados por la convicción de que Dios había dado toda la biblia para hacer al cristiano completo. En ocasiones especiales tal como la cena del señor, la muerte de una persona querida o un día nacional de oración y ayuno, el padre seleccionaría una lectura bíblica apropiada.

Tercero, había instrucción proveniente de las Escrituras. En armonía con Deuteronomio 6:6-7 y 11:18-19, los puritanos creían que el padre debía obrar recíprocamente todos los días con su familia al respecto de la verdad sagrada, por medio de preguntas, respuestas y enseñanza. Los padres debían realizar esos ejercicios con diligencia y pación, creían los puritanos. El directorio para el culto familiar provee aclaraciones al respecto de cómo ellos debían hacer eso:

Las escrituras sagradas deben ser leídas regularmente a la familia; es recomendable que, después de eso, ellos hablen y, por medio del dialogo, hagan buen provecho de lo que fue leído y oído. Por ejemplo si un pecado es reprobado en el texto leído, este puede ser usado para hacer que toda la familia este alerta y vigile contra tal pecado. O si algún juicio se advierte o se hace mención en esa porción de la Escritura leída que haya sido ejecutado, la aplicación puede dirigirse en hacer que toda la familia tema, a no ser que el mismo juicio o un peor juicio caiga sobre ellos, si es que no se cuidan del pecado que acarreó consigo mismo tal juicio. Y finalmente cualquier deber ú obligación que se requiera, o que se extienda algún consuelo a través de una promesa, la aplicación puede enfocarse así a animarlos a que acudan a Cristo para obtener fuerzas poder llevar a cabo dicho deber ú obligación que se está mandando, así como en aplicarse el consuelo que se les extiende. En todo lo cual el padre de familia debe tener la responsabilidad principal; y también cualquier miembro de la familia puede hacer preguntas o presentar dudas que necesitan ser resueltas.

 

Joel Beeke 

traduccion sebastian Santa Maria