LA VISIÓN PURITANA DE LA SANTIDAD (Dr. Joel Beeke)

20.07.2013 20:54

LA VISIÓN PURITANA DE LA SANTIDAD

(Dr. Joel Beeke)

 

 

 

Sumario

 

 

1-Redención universal y moral

2-Verdadero arrepentimiento

3-Una guerra santa

4-El ser interior, privado 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Los puritanos escribieron mucho sobre cómo vivir una vida santificada, poco de lo que ellos predicaban y escribían contiene alguna cosa extraña o única, cuando evaluamos su herencia doctrinal. Lo que es especial sobre la visión puritana de la santidad es su plenitud y equilibrio, antes de su forma distinta.

 

La definición puritana clásica de santificación es bien conocida  la podemos encontrar  en el catecismo menor de Westminster, preguntas 35 y 36:

¿Qué es la santificación?

R. La santificación es aquella obra de la libre gracia de Dios, por la cual somos completamente restablecidos a la imagen de Dios y puestos en capacidad de morir más y más al pecado y de vivir píamente.

¿Cuáles son los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación, o que se derivan de ellas?

Los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación o que se derivan de ellas, son:

 La seguridad del amor de Dios

La tranquilidad de la conciencia

 El gozo en el Espíritu Santo

El crecimiento en gracia

La perseverancia en ella hasta el fin

De estas dos preguntas es obvio que la santificación en la mente puritana envuelve todo el vivir cristiano todo el proceso de ser confrontado a la imagen de Jesucristo. Es un proceso que comienza en el nuevo nacimiento, y continúa durante toda la vida del creyente hasta el último suspiro. Los puritanos querían ver a las personas creciendo vigorosamente en la seguridad del amor de Dios, en una gran paz de conciencia y en una autentica alegría en el Espíritu Santo. Ellos decían que el camino para recibir estas bendiciones es a través de la obra santificadora del Espíritu. Ellos advertían a su pueblo “si usted no busca la santificación, no solamente deshonrará a Dios, sino también empobrecerá su propia vida espiritual.”

¿Qué es lo que ellos realmente querían decir por santificación?  A continuación, mostramos cuatro elementos en la visión puritana.

 

1-   Renovación universal y moral

 

Primero, Santificación para los puritanos es una obra divina de renovación, envolviendo un radical cambio de carácter, el cual brota de un corazón regenerado, que es algo más profundo que cualquier psicoanalista o consejero podría alcanzar. Dios opera en el corazón, y, como resultado del cambio de corazón, viene un nuevo carácter.

 

La obra de renovación es (usando el lenguaje Puritano) Universal. Eso significa que ella toca y afecta cada área de la vida entera de la persona. Pablo nos muestra en 1 Timoteo 4:4-5 que todo es santificado en cada esfera de la vida.

 

Santificación es algo interno que debe encender nuestro corazón el centro de nuestro ser, y es algo externo que se debe transportar sobre cada detalle de nuestra vida. 1 Tesalonicenses 5:23 dice: “y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro señor Jesucristo.” Muchos puritanos predicaban sobre este texto. La santificación debe ser Universal.

 

En segundo lugar, santificación es también algo moral, decían los puritanos. Con eso ellos querían decir que ella produce frutos morales. Sobre los mismos frutos nosotros podemos leer en Gálatas 5 “Amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad”, si usted preguntase a un puritano ¿Qué significan estos frutos cuando los consideras todos juntos?  Él le dirá que esos frutos representan el perfil moral del propio Señor Jesucristo.

 

Eso es lo que el Espíritu está haciendo en la santificación, Él está moldeando al creyente a imagen de Cristo. Él está produciendo las cualidades de Cristo en la vida de su propio pueblo. El pueblo de Dios es aquel en el cual la “naturaleza de Cristo” (la suma total de su vida humana) se encuentra nueva, aunque ahora en imperfecta expresión. Este es el concepto Puritano de santificación. 

 

2-Verdadero arrepentimiento

 

 

 

Santificación para los puritanos también consistía en arrepentimiento y rectitud.  La principal actividad es volverse del pecado a la obediencia. Arrepentimiento decían los puritanos, es volverse del pecado, y eso es una actividad para toda la vida, nosotros debemos arrepentirnos todos los días de nuestras vidas, y en la medida que así lo hacemos, debemos también volvernos a la rectitud.

 

Arrepentimiento, ellos decían, es una obra de fe. Sin el Espíritu Santo no hay arrepentimiento. El concepto Puritano de arrepentimiento va mucho más profundo que el mero remordimiento o apenas decir “lo siento mucho”. La idea puritana de arrepentimiento, Ciertamente comienza con remordimiento, pero el va más profundamente para un cambio esencial de la vida. Arrepentimiento es un volver real. Es odiar las cosas que antes se amaban y amar las cosas que antes se odiaban.

Arrepentimiento envuelve mortificación y vivificación, decían los puritanos. Por mortificación ellos querían decir “colocar la espada sobre el pecado”; matar el pecado; colocar el pecado a la muerte, como el apóstol dice en Romanos 6. Por vivificación ellos querían decir volverse vivos para la justicia y darnos a nosotros mismos más y más para practicar y exhibir el futo del Espíritu.

 

 

3-Una guerra santa

 

Tercero, la santificación para los puritanos es progresiva, operando a través de conflictos. Los puritanos decían que el conflicto es indispensable en la santificación, porque los residuos del pecado habitan aún en el cristiano, para su gran tristeza. Esto desemboca en una gran guerra y muchas batallas. Los pecados internos operan de adentro, decían los puritanos, en cambio el mundo ejerce la presión impía exteriormente. El diablo que ejerce la función de líder, desea colocar aquellas presiones externas y usarlas junto con las presiones internas para recuperar el territorio perdido. Así, ahora una persona conquistada por el Espíritu Santo busca expandir y ganar el territorio de la santificación universalmente en su vida, el diablo junto con el mundo y la vieja naturaleza de la persona, forman una línea de frente de batalla del alma. Una guerra santa está siendo luchada.   

 

Por eso Bunyan llamó su libro “La guerra santa”. santificación envuelve un conflicto consigo mismo, con mi carne, con el mundo y con Satanás. Si un cristiano no está batallando contra el pecado, los puritanos decían que esa persona se debería preguntar si realmente era o no cristiana.

 

Un puritano pintó este retrato. Él dice que ser un cristiano es andar en un camino recto y estrecho. De ambos lados del camino hay cercas. Atrás de las cercas Satanás. Tiene todos los poderes del mal a su disposición. Él usa su ejército de demonios y ante nuestras inconsistencias internas, y nuestra tendencia de caer en precipitaciones. Él usa todas estas cosas como dardos y a cada paso que damos en la peregrinación espiritual él observa a través y por encima de la cerca, mirando nuestro pie, nuestro corazón, nuestras manos, y nuestros ojos. Cada paso del camino es una batalla.

 

Aceptando el esfuerzo Thomas Watson dice que el camino para el cielo es una “obra de sudor” hay una batalla siendo luchada, pero la obra de santificación, felizmente, avanzará. La santificación no está estancada. Los puritanos siempre empleaban las palabras de Pablo en 2 Corintios 3:18 que afirman transformarnos de gloria en gloria si andamos en el Espíritu. Así el verdadero cristiano es aquel que acepta que habrá conflictos pero que al mismo tiempo descansa en la verdad de que la victoria final es suya. Él puede perder muchas luchas, sin embargo la guerra será ganada, porque él está en Cristo. El Espíritu Santo le guiará, y él avanzará progresivamente.     

 

Además, hay un impedimento oculto, decían los puritanos, porque el cristiano frecuentemente no es capaz de ver algún progreso en si mismo. Un puritano dice que una mujer que barre su departamento puede pensar que limpió todo el polvo, hasta que la luz del sol brille en su cuarto revelando todo el polvo restante, cuanto más el sol de justicia brille en nuestros corazones, no importa cuánto podremos estar creciendo en santidad (y otros puedan ver esto), veremos de modo creciente los motivos de nuestro corazón.

 

La cuestión importante no es “¿puedo verme creciendo más y más santo?” sino, ¿Cuando yo miro atrás en mi vida, tres o cinco años atrás, Cristo significa más para mi hoy que antes? ¿yo pienso menos en mí mismo hoy que antes?¿Cristo está creciendo y yo disminuyendo?¿estoy centrado en la apreciación de Cristo y en mi auto depreciación? Esta es la visión puritana del auto examen con respecto a la santidad.

 

Otro modo puritano de evaluar el progreso en la santidad, es preguntar cómo estamos actualmente luchando contra la tentación, si no estamos luchando contra las fuerzas que presionan nuestra carne, Estamos retrocediendo. En orden, por lo tanto para hacer progreso, el creyente debe orar al trono de la gracia: “ayúdame a ser fuerte hoy, señor. Ayúdame, a ser puro hoy, ayúdame, a ser justo hoy”. Este es el constante deseo del cristiano que está haciendo progresos en la santificación.     

 

 

4-El ser interior, privado

      

En cuarto lugar, la santificación puritana es imperfecta, a pesar de ser invencible, en esta vida ella nunca es completa, nuestro objetivo siempre excederá nuestro alcance. Muchas personas no entienden a los puritanos en este punto. Piensan que ellos eran introspectivos, o que ellos nos llevan a una esclavitud legalista, y ante esto mismo hay una depresión espiritual. Eso no es verdad.

 

 Los Puritanos ciertamente tenían un concepto profundo de pecado y justicia, en comparación a muchos de sus detractores modernos que tienen un terrible y pequeño concepto de pecado y justicia. Los puritanos sentían la imperfección de su santificación precisamente porque tenían la regla de justicia de Dios delante de ellos. No se comparaban con su prójimo sino con la santa ley de Dios. Justicia para los puritanos era algo motivador del carácter. Lo que existe dentro de usted es importante lo que usted dice refiriéndose a quién usted es por dentro.

 

 Cierto puritano dice que un hombre es en su privacidad, el que realmente es a la vista de Dios. Ellos querrían preguntarnos ¿Qué es lo que usted piensa al respecto? ¿Qué es lo que lo motiva? ¿Usted está realmente motivado por el amor a Dios? ¿Usted está motivado por la solidaridad del samaritano para con los otros, amándolos, haciéndoles el bien, y colocándose para el beneficio y bienestar espiritual de ellos? Este es el corazón de una justicia puritana. Con este alto concepto de santidad ellos naturalmente sentían sus imperfecciones. Talvez esto en ningún lugar sea más vívidamente expuesto que en el catecismo mayor de Westminster sobre los diez mandamientos léalos y note cuán precisos son, cómo ellos sondean el corazón e insisten en que usted debe amar a Dios y a su prójimo como a sí mismo.

 

Cuando, por tanto usted lee a los Puritanos mire cómo ellos pensaban para ellos mismos y usted verá en sus diarios cómo ellos sufrían con su propia indignidad, recuerde que ellos se están comparando con el perfecto Dios y con su santa ley. Ellos eran hombres y mujeres que verdaderamente sentían el gemido de Pablo (en Romanos capítulo 7) “porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios… ¿miserable de mí quién me librará de este cuerpo de muerte”?  Ellos sentían su necesidad de correr a Cristo todos los días para ser lavados nuevamente. Y éste es el origen de toda genuina santidad. Tal santidad es inevitable. Ella nunca morirá sino que ella un día será perfecta en y con Cristo para siempre.  

 

 

Trabajo de traducción Pastor: Sebastián Santa María.

Trabajo de Revisión: Martin J Rebanales y Yendira de Rebanales.

 

12/07/2013