Thomas Sproull, “Exposición de los Salmos”
Thomas Sproull, “Exposición de los Salmos” (Exposition of thePsalms)
Publicado el 26 de Diciembre, 2012 por Old Light Covenanter
Exposición de los Salmos[1]
Thomas Sproull
( Presbiteriano Reformado y Pactante) [Febrero, 1887], 25:33-38)
El principal designio de esta parte del servicio en el púlpito es el de preparar el adorador a cantar la alabanza de Dios “con el espíritu y el entendimiento” Col 3:16, “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando al señor con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos, e himnos y cánticos espirituales.” La impropiedad, por no decir impiedad, de llamar canciones de composición humana“la palabra de Cristo”, es prueba presunta, de que por esta designación los Salmos inspirados son destinados exclusivamente. Ellos son la palabra de Cristo y esta palabra mora abundantemente en toda sabiduría en el devoto adorador que, contemplando a Jesucristo como el tema de los Salmos, los canta con su corazón alzado a Él en adoración y alabanza. Auxiliar al pueblo de Dios a dar adoración aceptable es el fin de exponer los Salmos.
Cuando sean ordenados como pastores, Les recomendo, el explicar los Salmos consecutivamente. Y en el pais donde las congregaciones tengan dos o más lugares de predicación, es un muy buen plan dividir el Salterio en varias secciones como lugares de adoración haya, y tomar una de estas secciones en cada lugar. Lea el Salmo crítica y cuidadosamente en el Hebreo, y haga esto temprano a principio de semana. Ocupe su habilidad en desarrollar su significado. Aplique las reglas de interpretación con estricticismo y juicio. Recuerde, no obstante, que esto no es lo central de la traducción, sino adquirir para ustedes un conocimiento con las ricas fuentes de donde los traductores sacan sus provisiones de conocimiento bíblico.
No les aconsejo adoptar un modo artificial de exponer los Salmos. El orden de las palabras en el Salmo es el orden en que deben ser cantados, y este parece ser el orden apropiado de meditar en ellos. De esta manera usted seguirá la línea de pensamiento del escritor inspirado, y las personas cantando serán ayudadas a atrapar el espíritu de sus canciones de adoración. En tiempos pasados este ejercicio fue designado como parafrasear el Salmo. Las ideas contenidas en el canto eran simplificadas y traídas a la capacidad de los adoradores. Esto se hace tomando las palabras como se encuentran en el Salmo, explicando qué es obscuro y manteniéndose en lo que es de especial importancia. Por tanto, trabaje para despertar mediante el entendimiento, los agraciados afectos del alma.
La cantidad del Salmo a ser explicada de una sola vez, depende en la conexión. Como regla general, no debería exceder las tres estrofas. Para evitar interrumpir la línea de pensamiento pueden ser menos o más. Seis versos son suficientes para que una congregación cante a la vez; más, vuelve el servicio lánguido. La duración de tiempo a ser empleado en la exposición debe depender según las circunstancias. De veinte a treinta minutos es tiempo suficiente para este ejercicio. Ese tiempo ocupado en destinar el corazón a través del entendimiento debería preparar a los adoradores para cantar a su confort y ventaja espiritual.
Habiendo dicho esto acerca de la manera de desempeñar esta parte de su trabajo, procedo a considerar la parte espiritual, — la exposición del Salmo como medio de producir en el adorador afectos santos.
una regla en explicar los Salmos, deberá ser: que exhiban el pacto de gracia dispensado por el Señor Jesucristo, el Rey y Cabeza de la Iglesia. Él es el tema de toda la revelación divina; pero en una manera especial de los Salmos. Esto se vuelve visible en su propia declaración, justo después de su ascensión: Lucas 24:44, “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.” Ellos son llamados “la palabra de Cristo,” Col. 3:16. Y con el fin de que pueda morar abundantemente en nosotros con toda sabiduría al cantar estas canciones sagradas; debemos ver a Cristo en ellas. Esto debe ser sacado a luz en su exposición.
En el Salmo 22:22, tenemos más confirmación de este punto: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.” Jesucristo está en medio de su pueblo cuando canta su alabanza y participa en el servicio. Él preside sobre las devociones del santuario. En Heb. 2:12 estas palabras del Salmo son a Él adscritas, y son aducidas para mostrar la unicidad entre Él y su Pueblo. “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos,” versículo 11 ¿Puede ser un tema menos importante que la salvación que Él ha asegurado a su pueblo, en el que se toma tan profundo interés?
Las numerosas citas de los Salmos y referencias a ellos en el Nuevo Testamento, muestran claramente que los Salmos fueron designados y adaptados para celebrar el reino y gloria del Mediador. De los primeros hay cerca de setenta, y de los postreros, treinta. En todos estos la aplicación es más o menos directamente a Cristo. Y estas no son exhaustivas. Ellas son meramente especímenes de lo que los Salmos son en todo. Cristo está en los Salmos, o mejor dicho, los Salmos están llenos de Cristo, y es la labor del expositor: sacar estas cosas de esta abundante mina.
Algunas veces Cristo aparece en los Salmos como el orador, otras como a Él dirigido, y en otras partes como antes dije. Cuando Él es el orador Él puede dirigirse tanto a su Padre, su pueblo o sus enemigos. En Salmos 22 y 69 se dirige a su Padre. Estos dan referencia a su condición mientras está en la tierra, y especialmente cuando sufre en la cruz. El 22 empieza con la exclamación, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” y no es una improbable conjetura que la parte restante del Salmo fue el objeto de sus pensamientos durante la crucifixión. El versículo ya antes citado, es introductorio a la canción de adoración con que celebra su victoria. por otro lado, este Salmo describe los sufrimientos y liberación de la Cabeza divina, incluye los padecimientos de su pueblo, porque ellos tienen comunión con Él en sus sufrimientos y triunfos. “Si sufrimos, también reinaremos con él,” 2 Tim. 2:12. Qué vivificante es el pensamiento cuando cantamos este maravilloso Salmo, donde estamos adorando a Dios con las mismas palabras del Redentor, sabiendo que se une a nosotros en este interesante y ennoblecido ejercicio.
En los Salmos didácticos, Él se dirige a su pueblo en la ejecución de su oficio profético. El 1 y el 37 son de esta clase. Cantando estas canciones recibimos instrucción en las cosas divinas. Cristo enseña en ellos el ejemplo. En el Salmo 1 Él es el hombre pronunciado como bendecido. En la descripción del carácter ahí dado, Él es el modelo perfecto, a quien debemos aspirar ser conformados.
En los Salmos que van a Él dirigido, el Padre es a veces el orador como es en parte en los Salmos 2 y 45. Cantando estamos siendo presentados ante el salón de consejo del cielo y permitidos de oír y cantar las palabras de las personas divinas en el coloquio sagrado. El tema presentado para nuestra meditación es aquél que se ocupa en la mente de lo Eternal antes de que la tierra era. Qué mejor manera para despertar agraciados afectos, el cantar las promesas del Padre al Hijo, en relación al vasto y maravilloso trabajo de nuestra salvación.
En otros casos Cristo es abordado directamente por el adorador en el canto. Este es el caso en los versículos 2, 3 y 4 del Salmo 45. En todos los lugares en que Él nos dirige en nuestras oraciones y adoración, debemos incluirlo como el objeto de adoración, para “que todos honren al Hijo como honran al Padre.”
El Salmo 72 es un eminente caso donde Cristo es el tema de adoración; la persona de quien se habla. Aplicarlo exclusivamente a David o a Salomón contradeciría los hechos de la historia y denigrarían y serían poco menos que una impiedad. Uno infinitamente mejor que David o Salomón es aquí. Mientras la repetición con que el Salmo comienza puede aplicársele a ambos, en un lejano y más alto sentido se aplican a Él quien es Hijo de David y Señor. En este canto el adorador del Antiguo Testamento oró por el establecimiento y perpetuidad del reino del Mesías antes de que viniera al mundo. Nosotros al cantar este y otros cantos Mesiánicos celebramos la grandeza del reino y la gloria del Rey.
Hay otras dos clases de Salmos que demandan atención al presentar aparente dificultad en explicarlos en relacion a Cristo. Estos son los Salmos penitenciales e imprecatorios. Del primer tipo Salmos 38, 51 y 88 son el caso, y del segundo, Salmo 69 y 109. La investigación con respecto al primer tipo: Salmos conteniendo confesión y pecado, oración y ruego es ¿Cómo pueden ser aplicados a Cristo? Tómese en cuenta que en todos los casos Cristo en los Salmos es la Cabeza de la iglesia, como Cristo místico, y muchas cosas pueden ser de Él predicadas en esa relación que no corresponde a Él simplemente como el Hijo de Dios. Al tener comunión con Él cantando el Salmo penitencial, Él desciende a nosotros, entra en nuestros sentimientos y acrecienta nuestras devociones. Cantamos nuestra confesión de pecado para su alabanza a quien está afligido en todas nuestras aflicciones. Él nos acompaña en nuestras expresiones de dolor. Él simpatiza con nosotros, pues Él es tocado con los sentimientos de nuestros padecimientos, y fue tentado en todos los puntos como lo somos nosotros, pero sin pecado.
En los Salmos imprecatorios, somos levantados a su trono para unirnos con Él en sus sentencias de ira sobre sus enemigos. Al resentimiento privado no se le tiene permitido un lugar al entonar estos cantos. Eso sería ofrecer un fuego extraño en el altar de Dios, y en vez de ser servicio aceptable se expondría a su desagrado. La importancia general de estos Salmos se encuentra substancialmente como en la segunda y tercera peticiones de la oración del Señor “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”
Como enseña el Catecismo Menor en la petición: “Venga tu reino,” oramos que “El reino de Satanás sea destruido.” Esto debe tomar lugar antes que el reino de Cristo pueda ser establecido; y en cantar esas imprecatorias peticiones magnificamos su gracia en estos despliegues de su poder, por el cual su glorioso resultado será completado.
Existen tres Salmos históricos: el 78, 105 y 106. Celebran principalmente la liberación del pueblo del pacto de Dios de la cautividad de Egipto y su establecimiento en la tierra de Canaán. En ellos está presentado, conspicuamente a la vista, el cuidado providencial de Dios por ellos en el cumplimiento de su promesa a Abraham. Pero una mucho mayor liberación es entendida, y a esto debe ser dirigida la atención de los oyentes al exponerse estos cantos. La esclavitud de Egipto es una justa.
La esclavitud de Egipto es una justa representación de la esclavitud del pecado en el que todos los hombres son por naturaleza. Moisés es un tipo de Cristo como rey guiando a su pueblo a través del desierto de este mundo, y conduciéndolos al Canaán Celestial. Estos puntos sacados a la luz podrán habilitar al adorador Cristiano a entonar estos cantos para la gloria de Dios y para su propio alimento espiritual y crecimiento en gracia.
En algunos de los Salmos se encuentran elevados vuelos de imaginación poética. En el Salmo 18, versículo 7 en adelante, encontramos el fenómeno que nuestra imaginación trabaja en vano por comprender. Las sublimes descripciones de la interposición de Dios en favor de su pueblo en tiempos de grandes pruebas, están diseñadas y acomodadas para levantar nuestros corazones a adorarle, de quien sus caminos están por encima de nuestros caminos, como los cielos son más altos que la tierra. Y somos enseñados por ellos, que Él tiene agentes para realizar su trabajo, siempre listos para realizar su voluntad.
La figura de la prosopopeya es frecuentemente utilizada en los Salmos. Unos asombrosos ejemplos de esto están en los Salmos 96 y 98. El advenimiento del Rey mediador a tomar posesión de su reino es la ocasión para llamar a todos los sujetos a ese reino para aclamar su aproximación como la era de su liberación. Están investidos con personalidad, poseyendo una conciencia del poderoso cambio obrado en su condición. Están llamados a cantar y alzar la voz: “Delante de Jehová que vino; Porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con su verdad.”
Debe ser cuidadoso en no intentar explicar esas partes de los Salmos en la versión métrica que en algunos casos están interpolados por el beneficio de la métrica o rima. Existen númerosos casos de esto. Tome, por ejemplo, el Salmo 54, en las palabras del 4to versículo, “The Lord, my God, my helperis,” es añadido “Lo, therefore I am bold,” para lo cual no existe nada en el original; y la intersección “Lo,” o behold, es transferida de su propio lugar al espurio suplemento. En un intento por explicar esto usted tendría que decir que el cantante está llamando la atención a su coraje: “Seehowbold I am,” en lugar de apuntar a Dios como el sostén de su pueblo. Esto sería una perversión del significado del Salmo, y tiende a exaltar al adorador en lugar de glorificar al objeto de adoración. En el siguiente versículo la línea, “And sweepthemcleanaway,” es añadido al verso, “O, forthytruth’s sake cutthem off.” Esto, mientras que no puede ser dicho como una perversion del significado, es redundante.
Existen muchas oraciones de adición a las palabras de los Salmos, por el puro beneficio de la rima. Fue hallada ser una tarea muy difícil, como para dar una versión métrica sin adiciones.
Esperaba que la nueva versión de la Presbyterian Church of Ireland haya evadiera estas imperfecciones. Sin embargo, este no es el caso. El Salmo 54 está dado justo como está en la versión autorizada a excepción de que dejaron la intersección “Lo” en su lugar apropiado: “Lo Godanhelperisto me.” En la versión United Presbyterian los espurios versos son dados como en nuestra versión, y en la métrica corta los versículos 4 y 5 están amontonados en cuatro versos con la desventaja del obscurecimiento del significado.
Les he dado tal indicación esperando les sea útil a su interpretación en esta parte de su ejercicio oficial. Y deseo decirles que nadie será más beneficiado que ustedes si traen a su preparación una mente espiritual y humilde. Entre más desarrollen el significado de estos cantos sagrados, viendo a Cristo en ellos, más se deleitaran su dulzura y apreciarán su excelencia. cuando se suspende la exposicion de los salmos, es una triste evidencia de declinación religiosa. Y la omisión no es solamente el resultado de una declinación, sino tambien, tiende a acelerar su progreso. Ese poder revitalizador que la entonación de estos cantos divinos con el entendimiento ideal no es disfrutado, y el servicio se vuelve más y más formal, gratificando, puede ser, al gusto estético, pero cayendo en alcanzar al corazón.
"Traducido con permiso de Old Light Covenanter
para la Iglesia Puritana Reformada en Argentina por su servidor Alberto Taylor."